Lanzamiento de la Unidad de Inclusión de la ECAS
Hace 15 años atrás era frecuente escuchar en la rutina de algunos humoristas chistes sobre la violencia en la relación de pareja, hace 10 años nadie se asombraba si escuchaba en una sala de clases a un profesor haciendo bromas sobre la homosexualidad, y en los trabajos se asumía como parte de los gajes del oficio el ser expuesto a la humillación o maltratado por alguna persona que ocupara un puesto de rango mayor. Aun cuando es cada vez menor, hoy siguen ocurriendo estas situaciones, las que ya no pasan tan desapercibidas y quienes las vivencian manifiestan su malestar y afectan el clima y las relaciones humanas.
Nuestra sociedad ha venido construyendo un marco regulatorio en materia de convivencia, educación y trabajo. El año 2010 se promulgó la Ley 20.442 que establece normas sobre la igualdad de oportunidades e inclusión social para personas con discapacidad, el 2018 la Ley 21.120 que reconoce y da protección al derecho a la identidad de género, el 2021 la Ley 21.369 que regula el acoso sexual, la violencia y la discriminación de género en el ámbito de la Educación Superior. Finalmente, este año se firmó el Convenio 190 que aborda la violencia y el acoso en el ámbito laboral.
En este marco, la ECAS que ha promovido el trato igualitario, creó este año la Unidad de Inclusión como la instancia encargada de resguardar el derecho igualitario de las personas a desempeñarse en espacios laborales y académicos libres de acoso, violencia de género y discriminación arbitraria por razones de cualquier índole, a través de un trabajo coordinador con las distintas áreas de la ECAS y con la participación de representantes de todos los estamentos. Al fin último de la Unidad es desarrollar acciones concretas que favorezcan la convivencia respetuosa y la dignidad de todas las personas que conforman la Comunidad ECAS, procurando un abordaje técnico frente a los posibles conflictos de convivencia que así lo pudiesen requerir.
La encargada de la Unidad de Inclusión, Erika Alfaro, señala “aún nos falta mucho como sociedad para dejar atrás completamente los actos de violencia, discriminación o abuso; sin embargo, en la ECAS creemos, que como Institución de Educación Superior, formadora de jóvenes, tenemos un rol relevante en el aprendizaje de la convivencia, para la construcción de una comunidad que sea respetuosa e inclusiva”.